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El sudor como señal de limpieza y liberación.

yoca caliente

El sudor como señal de limpieza y liberación.

Con cuatro años de práctica constante, puedo decir que ‘Bikram Yoga’ ha transformado mi vida. El sudor se convierte en limpieza y disciplina.

No recuerdo exactamente cómo llegué a conocer esta técnica, pero tengo grabada en la memoria mi primera clase. Vivía en Hollywood, Florida, y tenía que manejar 40 minutos para llegar al estudio donde daban Bikram Yoga. Al salir de esa clase de prueba gratuita, llegué a casa agotada, con la sensación de que moverme no sería una opción por varias horas. Me senté frente a la computadora a buscar información. ¿En qué me había metido? ¿De verdad era algo bueno para el cuerpo?

Lo poco que encontré en línea me sorprendió. Solo hallé un blog de una chica española en Barcelona que escribió: “Comencé a ir para llorar tranquila”. Al leerlo, algo me hizo clic. En Bikram, el calor es tan intenso y la práctica tan exigente que, si se te escapan las lágrimas, nadie lo nota. La rutina está diseñada para que te concentres en ti mismo, es un espacio donde liberas con el cuerpo y, al mismo tiempo, entras en comunión con él.

Esa primera experiencia fue hace seis años. Hoy, con cuatro años de práctica constante, puedo decir que ‘Bikram Yoga’ ha transformado mi vida. En el camino he visto de todo: una pandemia que cerró estudios, documentales que expusieron la polémica historia de su creador, y aún así sigo encontrando en esta disciplina un espacio único.

¿Qué es ‘Bikram Yoga’?

Bikram Yoga divide opiniones, pero nadie niega que marca un antes y un después en quienes se atreven a probarlo. Consiste en 90 minutos en una sala a 40 grados, con 26 posturas y 2 ejercicios de respiración. Una secuencia fija que lleva al límite cuerpo y mente, y que genera tanto devoción como críticas.

Su creador, Bikram Choudhury, nació en Calcuta y en los años setenta llevó el yoga a California. Su propuesta fue innovadora: practicar una rutina cerrada de posturas de Hatha Yoga en calor extremo. El formato atrajo a miles de seguidores, incluidas celebridades y atletas. Se convirtió en un fenómeno mundial.

En la sala caliente

Quien entra por primera vez suele describir la experiencia como un choque. El calor sofocante, el vapor empañando los espejos y la sudoración inmediata hacen sentir que todo está en contra. Pero, poco a poco, el cuerpo comienza a soltar y la mente se enfoca. En medio del calor, surge una fuerza inesperada: el sudor deja de ser incomodidad para convertirse en limpieza y disciplina.

En mi caso, los beneficios han sido evidentes: mayor flexibilidad, tonificación muscular, resistencia cardiovascular y una capacidad de concentración más aguda. Con la constancia, también descubrí que el calor ayuda a evitar lesiones y que la mente alcanza una claridad difícil de explicar con palabras. Al principio, mi cerebro estaba tan ocupado intentando seguir las posturas que no entendía nada. Con el tiempo, comprendí que la flexibilidad no solo se manifiesta en el cuerpo, sino también en los pensamientos y en la forma de percibir el mundo.

Uno de los mayores regalos ha sido disfrutar la satisfacción de terminar cada clase con tranquilidad. Incluso mi forma de dormir cambió: el descanso se volvió más profundo y reparador.

A menudo, cuando menciono que practico Bikram Yoga, la gente cree que es algo suave o para flojos. Nada más lejos de la realidad. Pocas personas saben cuán exigente es y cómo te confronta contigo mismo. Su disciplina no solo fortalece el cuerpo, también descubres una nueva relación con él.

Bikram Yoga no es para todos, y eso está bien. Sus practicantes saben que no se trata solo de sudar en una sala caliente, sino que también es un encuentro con uno mismo en condiciones extremas. Quizás lo más desafiante no sea soportar el calor, sino atreverse a mirar hacia adentro en medio de él. ¿Te atreverías a entrar en esa sala?

Fuente: cambio16.com